martes, 3 de junio de 2014

El arpa rota, la sombra de los dioses

Es mejor prescindir de las palabras y reflexionar escuchando. Deja que fluyan las connotaciones...


Ragnarök no se ha librado (París no se ha inundado)

  • "Una mentira repetida mil veces, al final se convierte en verdad" J. Goebbels.
  • "Si no estás en los medios/Internet/Google, no existes".
  • “El propósito de los medios masivos … no es tanto informar y reportar lo que sucede, sino más bien dar forma a la opinión pública de acuerdo a las agendas del poder corporativo dominante” Noam Chomsky.

Tengo poco que añadir a las tres citas de arriba. Una de las grandes mitologías que nos dejará este tiempo, el tiempo desde la difusión mundial de los medios de comunicación de masas hasta la era de Internet, consiste en la manipulación mediática y la facilidad para ocultar la verdad.

Evidentemente dichos esfuerzos, agendas, tendenciosidades.... existen. Pero no es menos verdad que la persona que desea saber, puede conocer en gran medida cómo es el mundo que lo rodea. La connotación late en que tras la manipulación escondemos nuestra pereza como consumidores de los medios. Intentar sobreponerse a la falsificación o al sesgo informativo equivale a la victoria, puesto que un punto de paranoia es necesario conjugado con otro punto de lógica para acceder a algo parecido a un sucedáneo de la realidad.

A mi parecer, esta mitología conlleva otros matices, más allá de la pereza en el consumo. Matices como el dolor mental que supone desmontar lo que creemos saber, la desorientación de perder los puntos cardinales, el desasosiego de cuestionar cada fuente... Sólo pensarlo ya es agotador. Supongo que sencillamente hay que tener en cuenta que...

"La verdad es como el sol. Lo hace ver todo y no se deja mirar." Victor Hugo.

Recientemente hemos vivido dos hechos ligados entre sí con este proceso de relegar al olvido (con 4 años de separación), desinformar acerca de ellos o, directamente, mentir para meter con una palanca unas ideas nada intuitivas en la mente del colectivo social. Estos hechos son el 15M y, más recientemente, el éxito electoral del partido Podemos. Ambos fenómenos vivieron, viven y podrán vivir gracias a la era de Internet y al esfuerzo de los que intentan agarrar la verdad. No digo que haya que estar de acuerdo con sus postulados, sólo aceptar la alternativa de otra manera de pensar sin recurrir al desprestigio, al olvido, al silencio, a la calumnia o al desprestigio barato.

En ambos casos se ha cumplido, casi a rajatabla el proceso de no-aceptación que describió Mahatma Gandhi en su día:

"Primero te ignoran,..."

  • Ignorando la existencia de las reivindicaciones en las plazas hasta que las dimensiones de las acampadas se hizo insostenible.
  • Encuestas de un medio para las elecciones de 2014 (sólo una encuesta le da un representante y ni aparece el perfil del líder para las elecciones europeas).


"...luego se ríen de ti,..."




"...después te atacan..."

  • Carga policial contra miembros del 15M, vecinos y PAH.

  • Como cuando se dice que el partido es antidemocrático por estar contra las políticas liberales.


"...Entonces ganas."

¿Qué pasará?

No puedo evitar añadir uno de mis vídeos favoritos de Youtube que apenas tiene relación, salvo por la frase de Gandhi y del crédito que hay que dar a ciertas afirmaciones:


lunes, 2 de junio de 2014

Zeus se disfraza de toro y se hace adicto al pasto

Cuando dimos nuestros primeros pasos en el siglo XXI nos impactó la aparición de los llamados realities shows. Disfrazados de experimento sociológico, precedidos de 1984 y, más recientemente, El Show de Truman, estos espacios televisivos crearon expectativas e interés, al menos durante las primeras emisiones. Los casting y la temática sentimental exacerbada actuaron como catalizadores de la descomposición de estos espacios a los ojos de buena parte de la audiencia, hasta el punto de que una mayoría los relegamos al olvido o al "es lo que es".

El espacio-tiempo empleado para estas estructuras televisivas no ha sido baladí, aquí tienes una lista de los realities emitidos en España.

Desde entonces, los formatos televisivos no sólo no han roto su idilio con la llamada telerrealidad sino que se han esforzado por rodearla de una falsa didáctica. Cada paso hacia el reportaje y de separación de la emoción de posibles concursantes es un paso hacia el engaño. No el engaño al intelecto ni al buen gusto ni al entretenimiento. Un engaño a la percepción, el cimiento fundamental de las mitologías.

Escuelas de música, convivencia en un autobús o supervivencia en el Caribe dieron paso formación como futbolistas o como actores y así hemos vivido en una constante reinvención de la realidad. En mi opinión, este proceso culmina con espacios en los que la individualidad ha relegado las relaciones grupales y, una supuesta formación-especialización, han dotado dicha individualidad de criterio. Mírese: El último superviviente. ¿Quién le graba? ¿Por dónde se mueve quienes le graban? ¿Los cámaras o acompañantes llevan alimentos?¿Llevan medicamentos?



Merece especial mención el espacio de Cuatro: 21 días. Pocos 'docurealities', así se le llama en el ramo al género, han confundido tanto la información con el espectáculo. Nótese que uso el verbo confundir, no conjugar. Disfrazado de periodismo, peor aún, de periodismo de investigación; el espectador se deja llevar en la confusión de experiencias y relatos de la protagonista del espacio. Seamos realistas, una persona son anorexia, un adicto al sexo o un ludópata sólo sienten lo que sienten porque son lo que son; los actos no crean la persona indiscriminadamente, también la persona se lanza a los actos (muchas veces de forma irrefrenable). La pasión de la autodestrucción no se puede simular, ni se puede documentar en alguien ajeno a dicha pasión. Ésta es la gran mentira de estos programas, su mito. Donde falla la esencia, el proceso y al espectador.





Les dejo el vídeo de un documental bastante popular en su momento, Super Size Me, en el que un periodista decide alimentarse exclusivamente de comida de la cadena de comida rápida McDonald. Creo que la cinta admite una reflexión, no tanto sobre el tema que trata, como si es la manera más legítima de transmitir un mensaje al público.



Ares enrojece cuando se encoleriza

Vivimos en un tiempo de idolatría a la comunicación no verbal. Sin duda se estudia desde hace mucho, pero parece que últimamente la moda se ha  potenciado. Es como si se quisiera atajar en el camino hacia la verdad. Resulta sencillo aferrarnos a un gesto, a un rubor o a la posición defensiva de quien emite un mensaje antes que enfrentarnos a un discurso que puede hacer que se tambaleen nuestras convicciones.

¡Ojo! No digo que el lenguaje no verbal sea un tontería, es algo real que late en el subconsciente de las personas cuando interactúan, pero es ridículo hacer de ello una religión. Puede que alguien exprese verguenza al decir algo, pero no necesariamente por la razón que nosotros pensaremos. El ser humano es muy complejo.







En las fotos anteriores hay una recopilación de las famosas microexpresiones que tanto se explotan en el discurso del S.XXI. Cursos del paro para controlarlas en una entrevista de trabajo frente a cursos para los reponsables de recursos humanos que las deben detectar; análisis por parte de "periodistas" de los discursos de los políticos[I, II] (especialmente en escándalos de carácter personal), la moda de las series de televisión que explotan este tema (I, II) hasta el límite que permite la ficción en busca de mentiras y criminales, lenguaje no verbal para ligar (si te interesa ve al final de la entrada)... Son sólo algunos de los ejemplo de hasta qué punto ha calado el mensaje, permanece atento y comprobarás como prolifera.

Sin darnos cuenta caminamos de "La información es poder" a "El poder es que no duden de lo que quieres comunicar". Del imperio de los datos y lo dicho a un mundo donde la observación y la interpretación de los gestos gana importancia.

Insisto no digo que no sea importante su estudio, ni que sea una tontería hablar del tema, sólo espero que no llegue a crear una especie de psicosis social. Hay que valorar las cosas en su medida, un médico no puede curarlo todo, un profesor no puede enseñarlo todo, un pintor no puede expresarlo todo; por qué íbamos a decirlo todo con gestos, por qué iban a saber todo de nosotros por cómo decimos algo. Si hasta el polígrafo falla.

Para terminar, quiero insistir en que lo introduzco en mi lista de mitologías actuales por su pujanza actual, pero soy coinciente de su larga tradición. La mayoría hemos escuchado el bello aforismo de la escuela de Palo Alto "No se puede no comunicar". Armand Mattelart recoge en su libro Historia de las teorías de la comunicación una entrevista en la que Watzlawick (perteneciente a dicha escuela) ilustra dicha afirmación.
"Hace algunos años asistí a un simposio en las Montañas Rocosas, y me alojé en un hotel formado por bungalows, con dos habitaciones en cada uno. El tabique era más bien delgado, y uno de mis amigos y colega ocupaba la habitación vecina. Un día, durante la siesta, aún no me había dormido y lo oí entrar en su cuarto. Empezó entonces a hacer un baile de claqué. Comprendí que él no sabía que yo estaba en mi habitación, pero este comportamiento influía tremendamente en el mío porque sabía que él debía de pensar que estaba solo. En consecuencia, tuve que quedarme tumbado, inmóvil, hasta que él salió, porque si hubiese salido se habría sentido muy apurado. Un claro ejemplo de comunicación sin intencionalidad"
Un regalito para los creyentes, ¿cómo seducir con la comunicación no verbal?: